jueves, 25 de octubre de 2007

00:00...

00:00. Me desnudo. Me meto en la cama. Espero a que llegues. Te beso y me besas. Duerme bien, amor. Hasta mañana.

Diecisiete de Noviembre...

Diecisiete de Noviembre. Recuerda mi amor el día que nos conocimos. No el día en que me diste dos besos y nos dijimos el nombre. Ese otro día que tanto y tanto hablamos.

A las cinco de la mañana...

A las cinco de la mañana duerme mi amor junto al tuyo. Hay noches que se abrazan. Otras noches se buscan. Y otras simplemente duermen.

La una. Las doce en Canarias...

La una. Las doce en Canarias. Dice la radio cosas sin sentido para mi amor que ahora sólo quiere tocarte o escuchar otra vez esa canción de amor, americana y antigua.

Día de lluvia...

Día de lluvia. Te añora mi amor escribiendo tu nombre en el vaho (que yo mismo hago) de los cristales.

Domingo por la noche...

Domingo por la noche. Está tan viejo mi amor que se queda dormido junto a ti pensando en lo divertido que es besar tus labios.

Hora de la siesta...

Hora de la siesta. Se nos hace el amor tan carnal e imperativo como a dos adolescentes. Toma esas vitaminas más a menudo.

Noche prematura...

Noche prematura. Tormenta fuera. Echo de menos tu risa en mi oído y tu mano confortándome tras cada trueno. A ver si vuelves pronto.

Siete de la tarde...

Siete de la tarde. Tu amor viene a verme al sillón, a traerme las pastillas y un poco de esa agua de limón. Me arropas tiernamente y por un momento me alegro de estar enfermo.

Lunes de nostalgia...

Lunes de nostalgia. Mira mi amor viejas fotos y se sorprende de que esas rodillas tuyas, tan perfectas y mordidas, fueran antes más delgadas. Incluso más bellas

Jueves por la noche...

Jueves por la noche. Te odia mi amor intensamente, con todo el odio que le cabe. No sé por qué discuto. Ni sé si tengo razón. Sólo sé que te odio.

Demasiado aprisa en la mañana...

Demasiado aprisa en la mañana confunde mi amor un cajón con el otro y se para todo mientras miro tu ropa interior vacía de ti, un poco sensual en tu recuerdo y un poco siniestra en tu falta.

Dieciocho de septiembre...

Dieciocho de septiembre. Recuerda mi amor otro amor antiguo y acabado y lo compara con este, inmortal mientras lo vivimos.

A los tres días...

A los tres días de no verte se muerde impaciencia mi amor los nudillos. Y está tan alegre todo mi cuerpo de volver a verte que casi deseo que te vuelvas a ir.

Cuatro y media de la tarde...

Cuatro y media de la tarde. En la cacerola que friego recuerda mi amor a tu pecho izquierdo. Por la forma y por ese lunar igual que esta mancha que no quiero borrar.

A las cuatro de la tarde...

A las cuatro de la tarde es tan minúsculo mi amor que me quedo dormido mientras me hablas de no sé qué.

Domingo por la tarde...

Domingo por la tarde. Verano. Es tan emocionante la partida de mus que olvido tu amor por una treinta y una cualquiera. Es tan voluble la suerte.

Miércoles por la mañana...

Miércoles por la mañana. Dice mi amor “como no quererte” mientras sonríes al dependiente y te apartas, sin importancia, el pelo de la cara.

Lunes a la mañana...

Lunes a la mañana. Se queda mi amor atrapado entre las piedras que cierran el anillo del ombligo de la chica que acaba de sonreírme.

Toda la tarde del domingo...

Toda la tarde del domingo está mi amor desaparecido y sólo se acuerda de ti para pedirte silencio o para besarte cuando quien ha de hacerlo mete un gol

A las ocho y media de la tarde...

A las ocho y media de la tarde se divide mi amor entre el ombligo perfecto de esa actriz tan perfecta y tu nariz un poco torcida.

A la tarde...

A la tarde tu amor se embrolla en la risa. Tu risa en mi oído. ¿Qué más da si no la he provocado yo?

A las once y cuarto...

A las once y cuarto descansa mi amor del trabajo pensando en la forma exacta del lóbulo de tu oreja y en el sabor indecible de tus pendientes.

Un sábado por la noche...

Un sábado por la noche tu amor se acuerda de lo que soy realmente. He intentado bailar, hablar contigo y los demás, ser divertido. Y tú recuerdas en un momento preciso mientras me miras hablar con otra lo que realmente soy: un imbécil.

A las 21:37...

A las 21:37 tu amor escribe en un mensaje: “Llegaré tarde, tráfico. He comprado chocolate. Me acuerdo de tu oreja y del comentario del huevo. No tienes gracia. Te quiero cada día menos. Besos.”

Por la noche...

Por la noche te sueña mi amor si está alegre. Sueña tu sombra si está triste. Y si está deseoso sueña contigo o con otra. Lo mismo da.

De nueve a tres...

De nueve a tres todos los días mi amor come palabras. Bonitas, feas, palabras para ti o para otra. Mi amor las come y yo, a veces, las apunto para decírtelas, como ahora, al oído.

Una noche lenta...

Una noche lenta canta mi amor canciones americanas y antiguas y tu amor baila ya sin tristeza esas no tan tristes canciones.

A las cuatro de la madrugada...

A las cuatro de la madrugada se despierta mi amor y como no puede dormir se entretiene viéndote dormir.

Lunes por la noche...

Lunes por la noche. Se duerme tu amor en el sillón sin esperar siquiera a los anuncios.

A horas indeterminadas...

A horas indeterminadas te olvida mi amor y vuelve a recordarte cuando el rastro de esa otra, de cualquiera, se ha del todo evaporado.

A eso de las nueve...

A eso de las nueve se cambia de canal mi amor. Pasa de tu amor al de la chica del tiempo.

Agosto en la ciudad...

Agosto en la ciudad. Suda mi amor la camiseta presa del sol, del calor y de tu cuerpo de verano.

Pierde mi amor...

Pierde mi amor el sentido del tiempo y el espacio cuando rozas, aunque sea casualmente, esa zona de mi oreja.

Las tardes de lluvia...

Las tardes de lluvia tu amor no sale de casa. Cree que ya no crece con el agua y perdió el paraguas en una farmacia.

En el invierno...

En el invierno se calienta tu amor los píes congelados frotándolos a traición con los míos que tampoco están muy calientes.

A la hora de la cena...

A la hora de la cena se me quema tu amor con el ajo que condimenta las alcachofas de bote. No deberías venir a besarme o distraerme cuando cocino.

Los sábados por la tarde...

Los sábados por la tarde es tu amor ese bostezo que se te escapa mientras estás tumbada en mi barriga, acariciándome una rodilla y dejando pasar el tiempo simulando ver una película.